Contrariamente a lo que algunas personas creen, la fertilización y la nutrición son dos conceptos diferentes. Durante la fertilización, la planta recibe aportes de fertilizantes en estado sólido o líquido. La nutrición es el proceso a través del cual la planta obtiene los nutrientes que hay en los fertilizantes, para que una vez absorbidos pueda crecer y producir satisfactoriamente.
Por lo tanto, puede darse la circunstancia de que una planta esté a la vez excesivamente fertilizada y mal nutrida. Ocurre cuando no puede absorber los nutrientes que necesita para desarrollarse adecuadamente. Por ello, se recomienda usar fertilizante natural y productos ecológicos para cuidar tus plantas con garantías.
Este desajuste puede deberse a que los fertilizantes no tengan una óptima calidad o a las interferencias ocasionadas por elementos que se encuentran en el suelo. También es posible que se deban a la interactuación de factores exógenos. Y por supuesto, a la naturaleza del riego que se aplique. Cada cultivo necesita su dosis justa de agua, ni más, ni menos.
Fertilizar a tiempo y con inteligencia
Por lo tanto, es muy importante disponer toda la información referente a la planta que vayamos a cultivar. Deberemos tener claro si su cultivo es adecuado para nuestro terreno y saber las cantidades de agua y fertilizantes ecológicos necesarias. Atendiendo a las características de la zona, podremos aplicar los tratamientos fitosanitarios que resulten necesarios.
También debemos estar muy atentos a los tiempos. Antes de que empiece el proceso necesitamos tener muy claros los momentos en los que conviene proporcionar los fertilizantes. Si no pensamos bien todas estas variables, la producción de la jardinería doméstica podría verse muy perjudicada o ser del todo fallida.
Por lo tanto, en este campo, como en tantos otros de la vida, lo que procede es actuar con inteligencia, fertilizando en la justa medida y a tiempo. Y si puedes, usa abono natural.